La pelota
Cuando yo tenia ocho años pasè una larga temporada con mi abuela en una casita pobre una tarde, le pedí muchas veces una pelota de varios colores que yo veía a cada momento en el almacén.
Al principio, mi abuela me dijo que no podía comprármela, y que no la cargoseara; después me amenazó con pegarme, pero al rato y desde la puerta de la casita - pronto para correr yo le volví a pedir que me comprara la pelota. Pasaron unos instantes y cuando ella se levantó de la máquina donde cosía, yo salí corriendo. Sin embargo, ella no me persiguió: empezó a revolver en un baúl y a sacar trapos. Cuando me dí cuenta que quería hacer una pelota de trapos, me vino mucho fastidio.
Ella comenzó a armar la pelota con los trapos, pasaron unos cuantos minutos y me dio la pelota ya hecha, yo tenia mucho enojo pero igual me fui a jugar al patio. Después de estar jugando por unas horas de repente la pelota callo en un charco con agua y se mojo, por lo tanto se volvió muy pesada e incomoda para jugar y decidí tirarla. Mi abuela se entero, me regaño y me dijo que nunca mas me compraría algo.